No corren buenos tiempos para la libertad de expresión. La condena al rapero Valtónyc por injurias a la Corona la ha puesto en entredicho. Parece un aviso a navegantes para que se midan las palabras. Entonces ¿qué se puede decir y qué no? ¿Dónde hay que poner la línea? Luis Ramiro, en contra de esta obsesión por coartar la libertad de expresión, aboga por el derecho a ofender. Pero, ¿hasta dónde puede llegar ese derecho?