Con la llegada de los 50 años, nuestro gasto energético comienza a disminuir. Esto, junto a los estilos de vida sedentarios que comenzamos a adoptar con la bienvenida a la nueva década, suponen un problema a la hora de quitarnos esos kilos de más. Por ello, para mantenerse en forma, es necesario adaptarse a una serie de cambios que se suceden en el organismo.
Sobre esta cuestión habla la experta en nutrición y autora del libro ‘Tu cerebro tiene hambre’, Boticaria García, que pone sobre la mesa la posibilidad de que al cumplir cierta edad acumulemos más grasa que cuando éramos más jóvenes, del mismo modo que asegura el poder influir sobre ello para evitarlo.