Durante los meses de marzo, abril y mayo del pasado 2020 vivimos una circunstancia completamente excepcional: un confinamiento a causa de la pandemia de coronavirus. Nos obligaron a permanecer en nuestras casas para evitar que nos contagiásemos de coronavirus, nos pusiéramos muy malos, y terminásemos acudiendo todos a la vez a los hospitales. Y un cambio tan radical, evidentemente, nos afectó a muchos niveles.
Una de las experiencias mayoritarias fue la de comenzar a tener sueños, como mínimo, diferentes. Lo que soñamos tiene mucho que ver con nuestra realidad, y nuestro día a día, y si nos tuvimos que acostumbrar a vivir durante semanas sin salir de nuestra casa, nuestro cerebro también se adaptó como pudo. Nos movimos menos, estuvimos más agobiados y dormimos peor, y eso, se notó en las historias tan locas que soñamos durante aquellas semanas. ¿Quieres saber por qué? No te pierdas este vídeo.