Qué maravilla trabajar, ¿eh? Aunque trabajes en algo que te apasione, esa rutina de levantarte temprano todos los días (o peor, trasnochar), aguantar la presión y el estrés, estar a mil cosas a la vez, tener que echar de vez en cuando unas horitas de más... ¡eso no le puede gustar a nadie!
Aquí, más o menos, todos odiamos trabajar. Y es normal, ya que la etimología del verbo 'trabajar' está muy relacionada con el sufrimiento. ¿Quieres conocerlo? Perra de Satán, nuestra filóloga de confianza, nos explica cómo ha ido evolucionando históricamente un término que siempre, siempre, siempre, desde sus orígenes, estuvo relacionado con la tortura.
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