Los niños siempre han demostrado tener un corazón por encima de lo natural. Algo que ha dejado claro una niña durante un partido de fútbol. La joven robó el balón a su rival, y tras ver las lágrimas de esta por el robo, decide parar el partido para consolarla con un abrazo y un beso. Una imagen que levantó el aplauso de los padres y rivales y que ha dado la vuelta al mundo.