Le encogió el corazón. El segundo selecciónador serbio Adam Tatalovich, eminencia del baloncesto en su país y en la NBA, no pudo evitar emocionarse cuando vio a esta pequeña empujar la silla de ruedas de su padre por las montañas de su país. Decidió ayudarles, pero ellos se negaron.
Así, hasta que el tiempo, las redes sociales y algunos amigos periodistas hicieron posible que esta historia terminase bien. Ella no empujará más la silla de ruedas de su padre y medio país se ha volcado para ayudar a esta familia. Una historia llena de emoción que no podía pasar desapercibida.