Omar Perea, de 17 años, se proclamó campeón en la final de los 100 metros lisos de los Juegos Bonaerenses. Sin embargo, cuando le dieron la medalla en el podio y vio como el segundo clasificado rompía a llorar, decidió dársela: “Me partió el corazón porque en cada lágrima veía su esfuerzo. Ni lo pensé y se la di".