Para Adrián Torrado el balonmano es su vida. "Un día en el que me falta el entrenamiento es un día en el que me falta algo". El hombre que retrasara su operación y tratamiento contra el cáncer para no perderse un momento clave en la temporada de su equipo, la Unión de Balonmano Pacense, en Badajoz, lo tiene claro: "Para mí, el balonmano es mi vida ahora mismo". En aquellos momentos en los que lo más importante era recuperarse, él sólo pensaba en la pelota: "El médico me dijo que, si podía, que dejase de jugar porque el tratamiento era muy duro. Yo insistí", recuerda, "acabábamos de ganar la liga y mi prioridad era ir con el equipo". Su historia es hoy muy conocida en Extremadura y, seguramente, en toda España. La de un hombre a quien el deporte le había ayudado y sigue ayudando para plantar cara al cáncer.