Entre 1968 y 1972 el psicólogo David Rosenhan puso en marcha un experimento para ver cuán rigurosos eran los diagnósticos psiquiátricos en los hospitales modernos al intentar ingresar a ellos con síntomas falsos y luego tratar de salir actuando normalmente. Participaron ocho sujetos, incluido el mismo Rosenhan. Para sorpresa de los pseudopacientes, todos fueron ingresados en los 12 hospitales con muy poca dificultad. En todos los casos menos uno, se les diagnosticó esquizofrenia. Nuestro compañero Pablo Fuente nos detalla las claves de un experimento envuelto en la polémica y que acaba de volver a la actualidad al ser revisado de forma crítica.