Iker y Carmen conectan con Tomás, que se encuentra en La Alberca (Salamanca) acompañado por Teresa y Mariluz, las mozas de las ánimas. Cada año, la madrugada del 2 de noviembre, repiten el mismo ritual que empezó en el siglo XVI para que las ánimas salgan del purgatorio. Lo hacen con el tradicional canto conocido como salmodia que acompasan con la esquila, una campana que agitan varias veces seguidas.
Pero la conexión con el compañero no queda ahí. Entre recuerdos en el pueblo salamanqués de Iker y Carmen y un sinfín de palabras bonitas dedicadas a sus calles y edificios, entramos a través de la pantalla en la iglesia, donde descubrimos una calavera real. Toda esta tradición que reviven las mozas en la noche de Todos los Santos consiste en conciliar con el mundo ultraterreno y reconfortar a los espíritus, de la misma manera que se hacen peticiones a sus almas.