Se llama Tyler Williams, tiene 18 años y ha metido la canasta con la que sueña cualquier jugador de baloncesto. Amagó con tirar de tres, se deshizo de su defensor en la línea de triple, lanzó la pelota a tablero, cogió su propio rebote y machacó el aro a una mano. Todavía juega en el equipo de su instituto, pero con jugadas como ésta ya apunta a la NBA.