Nuevo episodio de violencia en el fútbol base. Esta vez en Ávila y en un partido de niños de siete años. Un gol en el último minuto fue la excusa que utilizó un padre del CD Bosco de Arévalo para intentar agredir al árbitro, menor de edad. Esta vez, a diferencia de la mayoría de ocasiones, ambos clubes dieron una lección y supieron reaccionar de forma conjunta y muy rápida para que la trifulca no fuera a más.