Casi 30ºC, apenas lluvia y terracitas. Suena a verano pero lo hemos visto durante febrero y, aprovechando, lo hemos disfrutado tomando el sol y paseando al calorcito. Pero hay una cosa que ocurre al final del invierno y este año se ha adelantado con el anticipo de la primavera. No hablamos de la floración de los almendros, que podría ser, sino de las plagas de orugas. El buen tiempo también les gusta y ya se dejan ver en fila india por la calle.