Las precipitaciones de Semana Santa vinieron acompañadas de fuerte viento que causó desperfectos en los campos valencianos hasta el punto de arrancar la fruta en la fase inicial de su desarrollo, reduciendo la cosecha de frutos como el melocotón o la nectarina. Los nuevos daños se suman así a las heladas registradas durante abril tras la adelantada floración de los almendros durante el invierno, lo cual ha supuesto que el 50% de los cultivos, miles de toneladas, se hayan echado a perder.