En la ciudad del juego no nevaba así desde 2008. Los casinos de Las Vegas estaban vacíos por primera vez y no era por la mala suerte de algunos jugadores sino porque en las calles de la ciudad estaba el mejor espectáculo de todos. Los que más lo disfrutaron fueron sin duda los animales que nunca habían visto eso blanco tan fresquito que caía del cielo.