Los casos de bronquiolitis se multiplican con el frío y los hospitales cada vez tratan más casos. Comienza como un catarro y no siempre con fiebre, pero al cabo de unos días la dificultad para respirar obliga a acudir al pediatra porque se da, principalmente, en niños de entre 6 meses y 2 años, muy vulnerables porque tienen las defensas muy poco desarrolladas y puede afectar a los pulmones.