El calor y las ganas de playa suelen ir de la mano y, este año, ambos llegaban anticipados. Ahora, a las puertas de la Semana Santa y con los negocios de costa preparados para abrir sus puertas a los turistas, una oleada de incendios calcina las aspiraciones de los dueños de los chiringuitos malagueños. El viento y las altas temperaturas de la primera mitad de marzo, a 30ºC algunos días, no han ayudado a solventar el problema.