No sé qué hacer. Llevo tres años viviendo en mi casa y ya han puesto cinco heladerías, pastelerías... Así no hay quien pueda. Mira que hago ejercicio pero no me cunde.
Lo reconozco, me pierde el dulce pero es que claro, me lo ponen tan a mano que es muy difícil resistirse. Con este panorama solo me quedan dos opciones: o mudarme o machacarme en el gimnasio... Y no sé qué hacer la verdad.
Seguro que no soy la única a la que le pasa esto. ¡Es tan difícil resistirse al dulce! Si os sentís identificad@s conmigo, no os podéis perder este vídeo.